Don José Napoleón, por la gracia de Dios y  por la Constitución del Estado, rey de las Españas y de las Indias, en nuestro palacio de Madrid, a 19 de octubre de 1809, mediante Real Decreto anunciaba que quedaba abolida la pena de horca en todos nuestros reinos.

A partir de ese momento ningún reo  sería ajusticiado en la horca. En su lugar se usará la de garrote para todo aquél condenado a la pena capital, sin distinción alguna de clase, estado,  calidad, sexo ni delito.  Además, los reos no permanecerán en la capilla mas que por el término preciso de 24 horas. 

La resolución se hacía saber  al decano de  la Sala de Alcaldes, D. Diego Cosío,  por el Ministro de lo Interior e Interino de la Justicia, Manuel Romero.

Asimismo se ordenaba a la cofradía de  Paz y Caridad de esta corte, que no pidan por las calles para hacer bien por las almas de los ajusticiados. Únicamente  se consentirán dos mesas de petición de limosna: una arrimada  a la pared del cementerio de la parroquia de Santa Cruz y otra en la plazuela de la Cebada

El Real Decreto disponía también que nadie acompañase a los condenados al suplicio, ni   les lleven la comida procesionalmente estando en capilla. En resumidas cuentas quedaba prohibido todo acto de compasión en público y la presencia de cofrades hasta que les fuera entregado  el cadáver para que la cofradía se hiciera cargo de su entierro. Éste debía celebrarse sin pompa ni lujo alguno....

Todas las ejecuciones se llevarían a cabo a las once de la mañana en el paraje señalado. Los reos serían conducidos en mulas con gualdrapa, vestidos de saco y gorro negro.

A pesar de la prohibición   se siguió haciendo uso de la horca debido, posiblemente, a la existencia de tribunales paralelos a los "oficiales" que administraban justicia por su cuenta. De todas formas, con el regreso de Fernando VII se instituyó de nuevo este método de ejecución. 

Horca o garrote, garrote u horca, a fin de cuentas no cambiaban mucho las cosas. Hubo que esperar mucho tiempo para dar el definitivo (?)  adiós a la pena capital.






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