Se dirigía fray Juan de Lorenzana -dominico en el convento de San Pedro Mártir de Toledo- al Consejo de la Suprema Inquisición el 12 de julio de 1593, manifestando la conveniencia de enviar las obras de Santa Teresa de Jesús al tribunal de Toledo para que fueran examinadas y se practicara la correspondiente censura.
Se refería en concreto a Vida (Libro de la), Camino de Perfección, Las Moradas y Las Exclamaciones, libros que el fraile había leído hallando en ellos muy mala doctrina, muchos errores y herejías, los cuales redundan en perjuicio de Nuestra Santa Fe Católica y en detrimento de muchas personas, pertenecientes a diferentes estados, que leían a la santa. El fraile se había tomado la molestia de anotar a pie de página los fragmentos y pasajes que él consideraba deshonrosos a la fe católica, haciendo especial hincapié en las cosas sacadas de Ludovico Blosio, que anda en latín y en romance.
Pretendía también el dominico que se revisara el libro que el padre Francisco de Ribera ha compuesto de la vida de Teresa de Jesús, con el fin de hacer limpieza y seguridad de la buena doctrina de la fe; y enseñanza de las buenas costumbres...
Y no solo eso. Advertía en su carta que no debía opinar en este caso el padre fray Domingo Báñez, catedrático de Prima en Salamanca y consultor del santo Oficio, ya que había sido confesor de Teresa y le es en extremo apasionado. Y así porque le cegó la afición o no miró estos libros por propia persona, o los miró superficialmente, firmó los originales de ellos para ponerlos Su Majestad (Felipe II) en El Escorial.
No dejaba ni un cabo suelto Juan de Lorenzana al afirmar que tampoco el maestro fray Diego de Yanguas, dominico, debía ser consultado por la mucha afición y trato que tuvo con Teresa de Jesús. Ni los amigos del maestro fray Luis de León, que aprobó estas obras para imprimirse. Y ninguno de la Compañía de Jesús, que querrán defender a su doctor Ribera (autor del libro sobre la vida de la santa)....
Las conspiraciones del fraile dieron su fruto y los miembros del Consejo (Arno, Caldas, Vigil, Pacheco y Mendoza) resolvieron enviar el material al tribunal de Toledo para que el padre fray Juan de Orellana (enemigo intransigente de la doctrina de Teresa de Jesús) ...lo vea muy de propósito y puntualmente y coteje lo que allí se apunta con los lugares del libro que se citan. Y sobre todo, diga su parecer y lo remita al Consejo. Lo cuál se haga con todo secreto.
Afortunadamente el desenlace final no fue el esperado por Lorenzana.
Comentarios
Publicar un comentario