En febrero de 1614 se había completado la expulsión de los moriscos que habitaban en Valderricote (Valle de Ricote) y otros lugares del reino de Murcia, que era sola la población conocida que de ellos había quedado en España.
Los miembros del Consejo de S.M. habían platicado mucho sobre este asunto, concluyendo que era necesario que cesaran las delaciones y que los (moriscos) que el día de hoy no hubieren salido de España, aunque estén sus causas pendientes, no sean molestados ni se hable de ello...El objetivo era que las justicias se centraran únicamente en evitar el regreso de los expulsados y en perseguir y castigar a los que secretamente lo hubieran conseguido. Y que los cristianos dejaran de delatar y denunciar a los que aún permanecían en sus casas y no alteraban el orden vecinal ni practicaban sus ritos religiosos (al menos en público).....; porque si esto no se ataja es cosa que nunca tendrá fin....
Proponía el Consejo al rey que ordenase al conde de Salazar (comisionado especial para coordinar la expulsión, caracterizado por su despotismo) y a la justicia ordinaria que alce la mano de esta negociación y que no admitan ninguna delación a moriscos..., salvo a los que hubiesen vuelto tras la expulsión.
Pero Felipe III aceptó la propuesta sólo a medias. Por un lado estuvo de acuerdo en que han de cesar las delaciones. Sin embargo, además de ratificar al conde de Salazar en su puesto, le ordenaba que escribiera a la justicia ordinaria y a la superintendencia y les ordene que apretadamente velen mucho en esto para evitar los inconvenientes que podrían resultar. Si se deja este negocio en el estado en que ahora queda, podrían volverse tantos moriscos que no quedase conseguido el fin.....Por otra parte, los que estuviesen condenados por justicia y acabadas las causas, para que salgan han de ser expelidos. Y lo mismo los notorios moriscos escondidos, cuyos padres y hermanos han salido.....Pues no es bien que los rebeldes tengan el privilegio que faltó a los obedientes.....
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