Nada más dar la bienvenida al año 1790, D. Juan Caballero, director comandante de las escuelas militares, propuso a Carlos IV trasladar las  de Ceuta y Orán  a nuevas plazas para mejorar la instrucción de los alumnos. 

Juan Caballero optaba  por Zamora y Cádiz como ciudades más a propósito para establecer los centros. Sin embargo, el marqués de Zayas, Antonio Zayas y Potau, a la sazón  capitán del Regimiento de Infantería del Rey, se oponía porque la elección de Cádiz le parece trae algunos inconvenientes, habida cuenta de que en aquella ciudad hay mucho lujo y diversión y variedad de objetos que pueden distraer a los jóvenes del estudio. Los víveres son muy caros y los alquileres de casas....Muchos irán más por divertirse que por aprender...

Como los oficiales y cadetes que debían acudir a la nueva escuela eran los destinados en cuarteles de Andalucía, Extremadura, Murcia y las plazas del norte de África, consideraba el marqués que  Toledo o Almagro podían ser los destinos idóneos. En Almagro hay un colegio nuevo, sin uso, que fue de los jesuitas; y cuarteles para Infantería y Caballería con proporciones por si vuestra majestad quisiese que alguna vez se hiciesen allí maniobras o ensayos militares.... Además era de un pueblo de buenas costumbres y  precios  moderados. Toledo, la segunda opción que proponía, contaba con varias aulas de Matemáticas  en la Universidad que, al estar cerradas, podían utilizarse para albergar a los alumnos militares. Por último, si el rey consideraba innegociable que la escuela se situara en Andalucía, antes que  en Cádiz, aconsejaba  Zayas que se estableciera en Córdoba o Ronda.

Pero Juan Caballero  explicó a su majestad que las ventajas que ofrecía la ciudad eran superiores a  los inconvenientes expuestos por Zayas, por ser Cádiz una plaza de armas de mucha guarnición y con fortificaciones que permitían al alumnado hacer prácticas muy instructivas  de operaciones de ataque y defensa, lo que no podía lograrse en un pueblo sin murallas. Por la misma razón se había elegido también Zamora como nuevo emplazamiento y se mantenía la actividad  en la escuela de Barcelona. Por otra parte, respecto al lujo y distracciones, poca diferencia habrá de Cádiz a Barcelona....¿Y acaso donde estos residen no tiene también sus riesgos la juventud militar? Cuando las costumbres públicas están corrompidas difícilmente se hallará paraje a salvo de sus perniciosas influencias....

La propuesta de Caballero  (Cádiz y Zamora) fue la elegida por el monarca y su Consejo.



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