Siendo embajador de España en Génova y Roma, D. Antonio Ronquillo Briceño, conoció a Céssar Ghotho Espatafori, religioso de San Benito y leal a la monarquía hispánica, hombre docto y de muy buenas partes, que se aplicaba en contradecir los escritos que surgían por doquier contra Felipe IV. Por aquél entonces estaba muy ocupado el fraile en rebatir los argumentos que se publicaban en el "Mercurio" (sic) de D. Vittorio Siri, cronista y admirador de Francia, donde no salía bien parado el monarca español.
En marzo de 1647 el virrey enviaba una carta al monarca donde exponía las excelentes cualidades del fraile, a la vez que solicitaba para él alguna demostración de la real mano de vuestra majestad....,porque gente de esta calidad se debe estimar particularmente en estos tiempos, cuando aún los más obligados no se atreven a descubrir el rostro....
La respuesta del rey no se hizo esperar. En mayo del mismo año se dirigía al conde de Osorno para que recomendase al religioso ante Su Santidad. También le concedía una pensión anual de 200 ducados, sin declararlos..., mientras estuviere escribiendo en la línea que acostumbraba de lisonjeo a la corona.
Pero no era dinero lo que deseaba Ghotho porque es rico y su padre y hermanos lo son...Y en esta revolución de Sicilia, Antonio Ghotho, su padre, y el comendador fray Federico Ghotho, su hermano, ofrecieron al marqués de Los Vélez (entonces virrey y encargado de sofocar las revueltas que empezaron en mayo de 1647 a causa del precio del pan) 5000 hombres; y ya tenían juntos 3000 para asistirle...
Lo que quería en realidad el monje no era otra cosa que un título honorífico o demostración de criado y verdadero vasallo de su majestad. Y para ello desea algún obispado, por pequeño que sea, o alguna abadía, aunque no fuese más que titular...... Además, apuntaba Ronquillo la conveniencia de desembarazarle de las obligaciones de su religión para tener mas lugar de escribir, a que tiene inclinación y genio......
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