El 15 de mayo de 1652 el virrey de Sicilia, Rodrigo Sandoval Mendoza (duque del Infantado) escribía a Felipe IV dando cuenta de la aparición, en Palermo, de unas sátiras hablando de las mujeres principales de aquella ciudad, aunque no entraban en otra cosa más que en decir cuál era hermosa y cuál fea. Sin embargo, poco tiempo después, salieron otras mas perjudiciales que hablan de la honestidad de algunas..... Para evitar que la cosa se desbocara, el virrey llevó a cabo algunas averiguaciones sobre la autoría de tales invectivas, hallando indicios de culpabilidad en D. Juan Veintemilla, hermano bastardo de un miembro de la alta nobleza.
El virrey ordenó encerrar al reo en el Castillo a Mar (sic). Estando recluido solicitó hacer una nueva declaración. Reconoció haber tenido en sus manos las composiciones satíricas, pero que solo había sido con curiosidad de verlas; que quien se las dio fue D. Federico Lanza. Rodrigo Sandoval no se creyó del todo esta versión y concluyó ordenando encerrar a ambos en el castillo, en estancia apartada, con orden de que no les dejasen comunicar, a la espera de juicio.
Los ánimos de la nobleza y de los ofendidos se calmaron. La medida de prisión adoptada fue del agrado general porque infundía temor y respeto..... Se ha echado bando para que ninguno se atreva a escribir ni tener semejantes sátiras, con pena de la vida. Y basten dos testigos......,aunque sean de diversos actos..., para someter al acusado a tortura. Y tres (testigos) para sentenciarle definitivamente.
Rodrigo Sandoval se mostró muy satisfecho del resultado de su resolución para atajar estas cosas..., porque la experiencia había demostrado sobradamente que los rumores comenzaban con cosas semejantes pasando luego a hablar del gobierno de los ministros...
Temía el virrey que hechos de este calibre comenzaran a mover en los ánimos de los naturales un gran odio contra los españoles. Para evitarlo nada mejor que tomar medidas drásticas y ejemplarizantes: Apenas un mes antes de la fecha que encabeza este artículo, tres soldados españoles le salieron al camino a un caballero de Palermo. Y por robarle, le mataron con mucha atrocidad....Los tres fueron apresados y, tras confesar su culpabilidad, pagaron con su vida delito tan feo.
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