En la ciudad de Santiago, donde concurrían muchos peregrinos y pobres de muchas naciones de la cristiandad....a visitar el cuerpo del bienaventurado señor Santiago Apóstol, patrón de nuestras Españas...., urgía la construcción  de un hospital para acoger a romeros enfermos y pobres.

 Los Reyes Católicos, desde Madrid, a 3 de mayo de 1499,  apoderaban  a  Diego de Muros, deán de la catedral  de Santiago y capellán regio,  para que elijáis y concertéis el sitio y lugar y suelo que os pareciere mas cómodo y conveniente, cerca de la Santa Iglesia, para hacer y edificar el dicho hospital, con todas sus oficinas y corrales, huertas y vergeles, entradas y salidas...,lo más presto que se pueda. Asimismo obtenía el deán facultad para contratar a los maestros y oficiales necesarios para llevar a cabo las obras. Y para gastar en el dicho hospital  y edificio.....todos los maravedíes que, para ello, nos, mandamos librar y libraremos...De la misma fecha data una orden dirigida a todos los alcaldes y gobernadores del reino de Galicia para que proporcionaran a Diego de Muros, en su labor de gestión,  el favor y ayuda que hubiere menester.

Los reyes eran conscientes del elevado coste de la edificación.  Con el fin de conseguir el dinero suficiente  para que las obras no se prolongaran  demasiado en el tiempo, no dudaron en hacer  gestiones al más alto nivel. El Papa Alejandro VI publicaba una bula, a suplicación nuestra, con muchas prerrogativas e indulgencias a todo aquel que hiciese donaciones; y una cofradía general cuyos miembros contribuyeran también  con rentas  en favor del hospital que nos mandamos hacer en Santiago de Galicia...

 Se contaba además con la tercia parte de las rentas de los votos de la ciudad y reino de Granada, de que nos hace merced  para el dicho hospital. El monasterio de San Benito de Valladolid y el abad de San Martín de Santiago también tenían que aportar ciertas cantidades para la obra, según que son obligados por bulas apostólicas y mandamientos de nuestro muy Santo Padre....

Con el fin de aumentar la recaudación por la venta de las bulas, los RRCC pidieron permiso para predicar y publicar dicha bula fuera de sus reinos. El  arzobispo de Maguncia, el rey de Romanos, el rey de Escocia, el de Bohemia, el obispo de Basilea, el rey de Inglaterra, el arzobispo de Tréveris o el obispo de Constanza fueron algunos de los  monarcas y líderes religiosos que accedieron a  la petición de nuestros soberanos. 

Para gestionar los 20.000 ducados de oro que, al parecer, se recaudaron  en Inglaterra, los reyes apoderaron  a Martín de Villasante (8 de enero de 1500); sin embargo, su gestión no debió ser del todo transparente porque en 1501, Juan Daza, obispo de Oviedo y juez del caso, le condenó  a pagar 157 libras  y 12 sueldos en moneda de esterlinas.

A pesar de todo, nacía  el Hospital Real de Santiago (en la actualidad, hotel) cuya construcción se prolongó a lo largo de unos diez años, (hasta 1511), siendo el arquitecto Enrique Egas el encargado del diseño y  la dirección  de la obra.

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