CUADROS PARA UN MUSEO

 Habiendo resuelto S.M. (José I, alias Pepe Botella) formar una galería de pinturas en Madrid, que ha de servir al ornato y a la instrucción pública...,tocaba nombrar una comisión de expertos para hacer una selección de las obras y someter a un proceso de restauración aquellas que lo precisaran.  Se encargó la gestión  a  Manuel Napoli, Francisco de Goya y al profesor Mariano Maella. En realidad, este proyecto solapaba la verdadera intención del rey José I, que no era otra  que agasajar a su augusto hermano, el emperador  (Napoleón), con cincuenta cuadros de  renombrados pintores, procedentes, sobre todo, de los fondos que atesoraban  las instituciones religiosas españolas.

El ministro de Negocios Eclesiásticos, en vista del saqueo indiscriminado que se estaba produciendo,  ordenó que la elección de pinturas de la Escuela Española se haga de las que se han recogido de conventos suprimidos y no de las que están en las iglesias abiertas al público. Muchas de las obras expoliadas a las ordenes religiosas se abandonaron  al pillaje y la rapiña,  de tal modo que todo aficionado, así  nacional como extranjero (léase: francés) , por poco dinero....se hizo con un botín que culminó en un   lucrativo negocio. Las obras que quedaron, muchas en pésimas condiciones de conservación,  que no enamoraron a nadie, se almacenaron  tarde, mal y nunca, en el convento del Rosario.  Pero  José I no estaba dispuesto a regalar a Napoleón cuadros de segunda o tercera categoría, por eso ordenó a los expertos que se ampliara la selección a los fondos del Escorial, el palacio de Buenavista y la  casa del Príncipe de la Paz.

  De una primera selección se rechazaron por  más débiles o menos bien conservados: El Martirio de Santiago (Navarrete, el Mudo),El Pretorio de Pilatos y el Monte Calvario (ambos de Cabezalero), La Concepción (Mateo Cerezo) y San Francisco de Paula ( Escalante). En su lugar se incluirían pinturas  de Murillo, Pablo de Céspedes y Vargas, que florecieron en Andalucía pero sus  obras escasean en Castilla....Al final, solamente ocho cuadros del convento del Rosario resultaron elegidos para viajar a Francia. 

Las obras estaban dispersas y era necesario reunirlas para su custodia  y para encajonarlas. Con el fin de cubrir los gastos iniciales de este proceso, el ministro de Hacienda libraba 6.000 reales en noviembre de 1810.

El lote, compuesto por cuadros de Sánchez Coello, Navarrete, Pantoja de la Cruz, el Greco, Velazquez......(Escuela de Madrid); Morales, Zurbarán, Murillo......(Escuela de Sevilla) y Gilarte, Ribera, Ribalta....(Escuela de Valencia), constituía una importante muestra de la Escuela Española que, afortunadamente,  por causas que hoy no toca analizar, no llegó a manos de su destinatario. 

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