EL HOSPITAL GENERAL DE MADRID. Undécima parte. LOS MANCEBOS (II)
Continuamos repasando la labor de los mancebos de botica en el hospital madrileño (General y de la Pasión) cuya organización y funcionamiento venimos describiendo desde hace varias semanas.
Los mancebos comen a las 12 y cenan a las 6. Disponían de la asistencia de un mozo de refectorio para hacer las compras, llevarles la comida desde la cocina y limpiar el menaje, entre otras ocupaciones, a quien le daban 10 reales además del salario que tenía señalado. La elaboración de la comida corría a cargo de uno de los cocineros principales, que recibía 25 reales como complemento a su salario. Cada mes, por turno, un mancebo llevaba las cuentas del gasto de legumbres y de lo que pagan de las sobras que les quedan de la ración diaria señalada por la casa.
Junto con los catorce mancebos prestaban sus servicios en la botica seis mozos (incluido el de refectorio) cuyo salario era variable en función de la antigüedad. El mozo mas apto (que solía ser el mas antiguo) limpia, repone y cuida de las tinajas donde se elaboraban las tisanas; otro asistía al mancebo de obrador y los demás limpian, barren y hacen polvos. Uno se dedicaba a hacer las horchatas que prescribe el reglamento. Los mozos encargados de la pulverización de simples trabajaban a destajo y no se les proporcionaba alojamiento como se hizo en otro tiempo, ya que hecho el cómputo de lo que molían, jamás resarció el gasto que la casa hacía con ellos....Al acabar el mes se le ajusta y paga.
El mancebo aspirante a una plaza de numerario debía de superar ciertas pruebas de destreza en la elaboración y despacho de medicinas además de un examen de latinidad. Tenían preferencia los supernumerarios que ya trabajaban en el hospital sobre los demás aspirantes. Una vez lograda la plaza no hace guardia ni despacha hasta pasados dos meses; durante este periodo de tiempo solamente asistía como ayudante en el obrador, lugar donde se quedaría ocupando la plaza del compañero que, finalizado el tiempo de aprendizaje, pasaría al despacho.
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