HOSPITAL GENERAL DE MADRID. Duodécima parte. LA BOTICA:

En el obrador de la botica del hospital se disponían varias hornillas para peroles regulares que hacen uno o dos cántaros de líquido, donde se cuecen los própolis y tisanas extraordinarias y magistrales. Hay una o dos hornillas grandes, cuadradas, de dos suelos, el uno debajo de la lumbre para que sirva de estufa; y el otro en el que están los carbones, que es una plancha de hierro sin ninguna vertiente ni agujero para la ceniza, y solamente -como todas las demás- un cañón a la espalda para la corriente del aire. Sobre esta plancha del segundo piso hay otro en que hay unos agujeros circulares para acomodar cazos... Aquí se hacían los cocimientos, infusiones y toda medicina que requiera lumbre y sea magistral. En fin, venía  a ser la cocina galénica de la oficina.

Había también en el obrador una mesa ancha con dos cajones en la que se asientan unas gradas del ancho...de las vasijas, que se colocaban metódicamente, de tal forma que los bezoárdicos se ponen en una grada, las salvias en otra, los antivenenos en otra y así sucesivamente. En una sala al lado del obrador estaban  las yerbas de uso diario en sus cajas, puestas por el abecedario. El mancebo de obrador revisaba de vez en cuando las jarras de las tisanas y daba las instrucciones pertinentes al mozo tisanero

La pieza de despacho era la habitación contigua al obrador y tenía cinco puertas para comunicar con el almacén, el obrador y   la pieza de tisana. Por la puerta  principal entraban los practicantes al mostrador y al despacho.  La última puerta servía para llevar los peroles a enfriar desde el obrador hasta la pieza de tisana sin pasar por medio del despacho....

El mostrador es un antepecho con su mesilla de nogal del ancho de las cestas de medicina y del largo que permite el frontis de la pieza. La parte inferior del mostrador estaba dividida en departamentos, cada uno con su puerta. Cada uno de ellos tenía cabida para una cesta;   en cada puerta se ponía  el nombre de la sala a la que correspondían las medicinas que contenía la cesta guardada en su interior.  En los cajones, cerrados con llave, se guardaban  píldoras, polvos y cosas golosas. El mostrador tiene dos puertas con escotillas para  si ocurre salir por él.

Por dentro del mostrador está la pieza de despacho con nueve mesas que corresponden a otras tantas subdivisiones de estantes. Cada mesa tiene los utensilios precisos para el despacho de las medicinas. En el medio de la pieza hay una fuente con dos llaves y poca agua, la que cae dentro de una salvilla de piedra donde se lavan los almireces, medidas,  etc....




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