Hoy, por ser viernes 12 de enero de 2018, me permito publicar un artículo relativo a uno de los pleitos que el Concejo de Omaña mantuvo con el conde de Luna, señor del territorio. Es un tema largo, denso, áspero y farragoso que he intentado sintetizar de la mejor manera posible. Con avidez de resultados me dediqué, durante algún tiempo, a leer y transcribir los más de 200 folios de que se compone el legajo original del siglo XVI, y confieso que ha sido una labor enormemente gratificante para mí. Hoy, como he dicho, quiero compartir con todos vosotros el resultado por si a alguien le interesa conocer algo más de la Historia de nuestra querida tierra. PLEITO ENTRE EL CONCEJO DE OMAÑA Y EL CONDE DE LUNA (siglo XVI) El día 14 de mayo de 1516, estando el conde de Luna, D. Francisco Fernández de Quiñones, en las casas se su propiedad de Palaz de Rey, hizo comparecer ante él al bachiller Bernaldino de Valencia , alcalde mayor de alguno de los...
Entradas
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Relatar una historia de amor de mediados del siglo XVII me parece una buena manera de poner los pies en el nuevo año que, a buen seguro, nos traerá sorpresas. Una joven llamada Manuela Flores, con todas las gracias naturales de cara y talle, entendimiento, cantar y labores que se pueden hallar en una mujer de diez años, entraba al servicio de Dña Antonia de Melo y Vasconcellos, viuda del secretario Diego Suarez y madre de cinco hijos varones. El empleo al que iba destinada era doncella de labor. Los cinco hijos habidos en el matrimonio se criaban y entraban en su cuarto entre las criadas con tanta llaneza, peinándolos y aliñándolos ellas como si también fueran mujeres, de que resultó que casi todos pusieran los ojos en la doncella Manuela, en particular uno de los menores que se llamaba Juan Suarez que hizo tantas demostraciones y exterioridades de su amor que llegó a noticia de su madre, quien ya había contraído segundas nupcias con D. Juan Manso de Zúñiga, con...
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Después de oir misa en Nuestra Señora de Atocha, el 26 de diciembre de 1629, Maria Ana de Austria, hija de Felipe III, emprendía el largo viaje que la llevaría a convertirse en Reina de Hungría y Bohemia tras sus esponsales con Fernando III, heredero de aquellos reinos. Las negociaciones para casarla con el Príncipe de Gales no habían llegado a buen puerto y se hizo necesario buscar alianzas por otras vías. La comitiva de acompañamiento estaba formada por más de un centenar de criados, pajes, mozos, ayudas, camareros y lacayos que cargaban con la ingente cantidad de objetos de plata, menaje de hogar, porcelanas, cristal o vestimenta que componía el ajuar de Maria Ana de Austria. No faltaban tampoco los afeites que diariamente necesitaba para su aseo personal y para el cuidado de su belleza, como frasqueras de vidrio con agua clara que duraron casi toda la jornada o dos cajones grandes con cosas de botica. El 7 de enero llegaban todos a ...
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Siendo miércoles, primer día de abril de 1621, Felipe III pasaba de ésta a mejor vida al haberse agravado su estado de forma inesperada a causa de unas tercianas que acabaron mudando en tabardillo maliciosísimo. Estuvo dos días y tres noches antes de morir, a ratos frenético...y murió dando muestras de grande arrepentimiento de sus pecados y de no haber remediado algunas cosas que el mundo ha deseado.... En su lecho de muerte estaba el Rey acompañado, quizá en demasía y como era de rigor, por prebostes, religiosos, cortesanos y otros aduladores. El padre Florencia de la Compañía de Jesús, su predicador, se convertía en el paño de lágrimas del apesadumbrado Monarca que, algunos ratos que volvía en sí, consciente de que su tiempo rozaba el final, decía: Ah Padre, si yo os hubiera creído no estaría ahora con tantos escrúpulos y peligro de salvarme. Estos que están a mis pies (donde estaba el Duque de Uceda) me han echad...
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Al hilo del artículo anterior parece claro que cuando se produjo la detención del Duque de Osuna, Felipe III acababa de fallecer y las decisiones las tomaban los privados de Felipe IV puesto que él era un adolescente de solo 16 años. Por eso mismo, su padre Felipe III (o sus asesores) sintiendo cerca su final, pretendió nombrar por curadores del muchacho al Conde de Benavente y al Padre Filiberto (?). Sin embargo, el propio heredero, dirigiéndose a su ayo D. Baltasar de Zúñiga y al Conde de Benavente, les pidió que dijeren a su padre que su cuñado, el Rey de Francia (Luis XIII, casado con su hermana Ana), de aquella edad, había gobernado herejes y católicos y que bien se podría fiar de él ...que gobernaría católicos vasallos...con la gracia de Dios..., razón que convenció al moribundo monarca. Se pidió, entonces, al Duque de Uceda que entregase los papeles de...."en qué consiste reinar" ...a D. Baltasar de Zúñiga, donde, al parecer, e...
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Catalina Enríquez de Ribera, mujer decidida y de carácter firme, escribía a Felipe III en 1621 una carta atrevida, sin pizca de humildad, casi desafiante. El fin, en este caso, justificaba los medios. Catalina era Duquesa consorte de Osuna, su marido Pedro Téllez-Girón y Velasco, tenía tras de sí una amplia y exitosa trayectoria militar dedicada al servicio de la Corona que, como es de suponer, había tenido sus recompensas. Estaba Pedro Téllez en Nápoles desempeñando el cargo de Virrey desde 1618 cuando se produjo un serio problema diplomático entre la Corona de España y la República de Venecia, cuyas causas no vienen a cuento en este artículo. Hubo revueltas y algunos muertos. El otrora poderoso Duque de Osuna, considerado culpable de instigar el conflicto, fue llamado por Felipe III para que regresara a Madrid y le explicara personalmente lo ocurrido. Pero eso no fue posible porque el Rey fallecía el 31 de marz...
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Uno de los acuerdos del Concilio de Trento ordenaba la celebración de sínodos provinciales cada tres años, donde se discutirían los modos y fórmulas para aplicar las tesis conciliares a la vida civil. En 1566 Felipe II aplaudía la propuesta de los eclesiásticos integrantes del sínodo de Toledo de reorganizar y agrupar los hospitales de Madrid para gestionarlos de manera más eficiente. Pero había que sortear algunas dificultades habida cuenta de que, en su mayoría, eran lugares píos fundados y dotados por diversas personas, con cargos e instituciones particulares y diferentes..; y alterar la voluntad postrimera de los difuntos requería permiso de la máxima autoridad apostólica que, como no podía ser de otra manera, se tomaría un tiempo para deliberar. En 1580, por fín, se emprendía la conveniente reagrupación de sanatorios. El hospital de San Lázaro donde se curaban los leprosos, el del Campo del...