La carga impositiva sobre la ciudadanía variaba en función de las necesidades de la Corona, lo que significa que la Historia se repite y, en este sentido,  no hay nada nuevo bajo el sol.
La complejidad de algunos tributos, en el siglo XVII, hacía necesario el empleo de importantes recursos para su administración. Por eso, a lo largo de esta centuria y siguientes, se trató de agrupar y/o simplificar  impuestos para   facilitar la labor administrativa.
El 13 de abril de 1680 se extingue la sisa de 4 blancas por libra de carbón. Es preciso aclarar que la libra era la unidad de medida para la venta de este producto..... ¿ Cuánto calor podía proporcionar a una familia algo menos de medio kilo de carbón.....?.
Entorno a 1679 se impuso la sisa de tres cuartillos en cada libra de cera y la de cuatro maravedís en cada libra de hierro y demás metales.  La razón del establecimiento de  estos dos nuevos tributos fué la de costear los fastos que se celebraron en Madrid con motivo de la llegada de  Mª Luisa de Orleans (primera esposa de Carlos II), mi muy cara y muy amada mujer...Unos años mas tarde parece que las cuentas del último de los Austrias estaban  algo mas saneadas  y el 19 de agosto de 1686 se expedía Real Cédula que ordenaba anular los susodichos impuestos  junto con  las demás Sisas que se cargaban sobre el consumo de nieve ( 2 maravedís en libra durante seis meses de verano y 4 en los de invierno), pescado seco curadillo, salmón fresco, anguilas y lamprea ( 1 maravedí por libra), jabón, carne de cabrito, velas de sebo, aloja (4 maravedís por azumbre)   miel (1 real por arroba).
Felipe V, sentado ya  en el trono de España, decidía en 1705 bajar los tipos de interés que se cargaban sobre los censos (créditos hipotecarios en resumen)  del 5% al 3%.
A partir del 1 de enero de 1733, se extingue la sisa de 10 maravedíes por cada libra de tocino vendido al por menor y en su lugar se impusieron 2 reales por cabeza (animal entero).
La recaudación total por sisa sobre los distintos géneros, supuso en 1740 la cantidad de 349.178.452 maravedíes.
Los gastos de administración más las partidas consignadas a diferentes fines fueron de 348.577044 maravedíes.

 Como dato relevante,  se pagaba anualmente (1740)  con dinero procedente de la Sisa, la cantidad de 10.264.402 maravedíes a los virtuosos del canto, músicos y bufones  de la Cámara de Su Majestad.

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