Curiosa la descripción que hace el ya citado aquí Balthasar de Obando, de los indios Chiriguanos que, allá por las últimas décadas del siglo XVI poblaban extensas regiones entorno al Río de la Plata. Unos habitaban las zonas montañosas, otros las llanuras, las riberas de los ríos..... Aunque todos ellos eran considerados  miembros de una misma etnia,  las diferencias físicas y, sobre todo, el modus vivendi, de unos y otros grupos, eran muy significativos.
Hoy me ocuparé, en exclusiva, de los que habitaban (probablemente) la zona andina de lo que hoy es Bolivia.

.....Viven en unas montañas calurosas y ásperas por donde apenas pueden andar caballos....
...Son bien dispuestos fornidos, los pechos levantados, espaldudos y bien hechos, morenazos, pélanse las cejas y pestañas, los ojos tienen pequeños y vivos...
...No guardan un punto de ley natural, son viciosos, tocados del vicio nefando  y no perdonan a sus hermanos........comen carne humana sin ningún asco, andan desnudos, cuando mucho cuál o cuál tienen una camisetilla hasta el ombligo....
Son grandes flecheros....

Sus armas eran el arco y las flechas en cuyo manejo eran muy diestros. Con su carácter, parece ser que poco amigable, obedecían y servían  a su jefe por temor al castigo. A este respecto, resulta sorprendente el siguiente comentario que el autor refiere:
...Acuérdome haber oído decir a algunos antiguos que cuando Atahualpa, el último señor de estos reinos, se vió preso en poder del Marqués D. Francisco Pizarro, le dijo: El mejor reino tienes del mundo pero cada tercer año, si te han de servir bien estos indios, has de matar la tercera parte de ellos......



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