ENSENADA  ( y 2ª parte)

La vuelta de Somodevilla a la escena política se fue tejiendo mediante las gestiones y componendas  de personas influyentes. Un poderoso y rico joyero valenciano, amigo y asesor del Marqués en materia de pedrería preciosa, parece que tuvo mucho que ver en este asunto.  Viendo que se allanaba el camino del regreso y con el fin de agilizar los trámites, D. Zenón regaló al Rey 36 caballos, lo más especial y escogido de toda la Andalucía....., además de trece escopetas de los artífices mas singulares de España. Ante razones tan convincentes,  Carlos III decidió que volviera  a la corte donde vivió un retiro dorado y donde  hubo de alquilar dos viviendas  para poder recoger sus numerosas pertenencias puesto que un año antes, en 1559, había vendido la gran casa madrileña, que tenía en propiedad, a la Reina Madre Isabel de Farnesio.

El día 20 de noviembre de 1781, sintiéndose enfermo, redactó su último testamento en Medina del Campo donde vivía, de nuevo,  exiliado  y  donde falleció el 2 de diciembre del mismo año.
En el escrito que recoge  su última voluntad declaraba ....que no tengo bienes raíces, mucho menos fincas que reditúen. Aclaraba que todo lo que tenía se lo debía a los soberanos, que habían sido muy generosos con él y por esa razón instituía a Carlos III como su heredero universal. ( ????)

Algunas veces decía   (según el cronista) que  importaba más lo que le había dado a ganar el Rey en el giro de letras (letras de cambio) que los sueldos que había gozado, y según el estado de dicho giro  hasta fin de diciembre de 1753, importaba lo líquido 49.000.000 de reales de vellón que han quedado por capital después de retirado el principal que se puso.... No está nada mal el volumen de caja que amasó en apenas cinco años.
Obtenía también cuantiosos ingresos de las encomiendas y acciones en la Compañía de la Habana y Caracas,  unos 22.000 doblones anuales, a los que había  que añadir los 3.000 que cobraba anualmente por su trabajo. Con este volumen de ingresos (?)  y unos gustos refinados en grado sumo, no es de extrañar que, tras su muerte, los inventariadores  fueran incapaces de hacer una tasación de los bienes.

Muebles exclusivos, joyas, coches, cuadros, caballos, vajillas,.....ochenta casacas de invierno, noventa de verano. 60 docenas de medias de seda,110 chupas, 130 colchones de plumón y lana, 8 cajones de zapatos, 6 espadines de diamantes, 4 de plata hechos en Paris, una bordadura de esmeraldas, 60 relojes de oro, 16 de plata, 16 pares de hebillas de diamantes, 40 docenas de platos de oro, 60 docenas de cubiertos de oro, 30 docenas de cubiertos de filigrana,  1500 platos de plata, 1000 pocillos de oro y plata, 30 docenas de anillos de diamantes, 800 jaulas de pájaros de filigrana, 90 docenas de sábanas...... La ropa blanca era mucha, especial y delicada, primorosa y de un coste hasta ahora no hecho por español alguno, haciéndosela coser fuera del reino y lavar fuera de Madrid.....
.Todo ello constituye solamente una pequeña muestra de la opulencia y el despilfarro que, además de su inteligencia y capacidad de trabajo, caracterizó a este personaje cuya trayectoria merece, seguramente, una revisión concienzuda que a muchos, como a mi, decepcionaría.




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