El aprieto de mi patrimonio; la despoblación del Reino; la flaqueza del trato y comercio; la dificultad que hay para su restauración conservándose las cosas en el estado presente; la falta de moneda y la mucha que se saca a los (reinos) extraños; la poca sustancia de mis vasallos agravada por las contribuciones a que tienen que hacer frente a causa de la nefasta administración o escaso ajustamiento con que proceden las autoridades locales y provinciales.... Y por otros muchos gastos que se han introducido... se vio obligado el Rey a convocar una especie de "comité de expertos" en materias diversas con el fin de encontrar soluciones al, más que evidente, declive económico y social que atravesaba la Monarquía. El 1 de noviembre de 1622, Felipe IV se dirigía, por carta, al Marqués de Montesclaros pidiéndole opinión acerca de las medidas consensuadas y aprobadas, por los miembros ...
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Tres partes contiene la Medicina: Dieta, Farmacéutica y Quirúrgica. Así comienza un documento manuscrito fechado en julio de 1734. Es imposible saber quien fue su autor porque se conserva incompleto, pero no por eso deja de contener curiosas recomendaciones para tratar de mejorar el funcionamiento de los hospitales. Notase que en el Hospital General no se detienen los médicos en recetarla.... Con estas palabras se refiere el autor a la falta de control sobre la cantidad y calidad de los alimentos que se proporcionan a los enfermos, aspecto muy importante de la Medicina al que no se le presta la debida atención ... pues los Hermanos que asisten a las salas lo hacen por lo que apetecen los enfermos, porque son preguntados, lo que no se debe permitir porque, tal vez, apetecen y piden lo que no les conviene..... Es, por tanto, labor del médico recetar los remedios farmacológicos así como la dieta adecuada. Para asegurars...
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La Princesa de Éboli, Ana de Mendoza y de la Cerda, pasó los últimos años de su vida recluida en su palacio de Pastrana (Guadalajara), en una especie de arresto domiciliario que le fue impuesto por Felipe II. Vivía acompañada por su hija menor y algunos criados. Los gastos en alimentos, medicinas, vestidos, leñas, salarios de asistentes o reparaciones, eran fiscalizados periodicamente por orden del Rey. Con algo más de cuarenta años y diez partos (uno de ellos gemelar) a sus espaldas, la Princesa, triste y achacosa, recurría con frecuencia a los remedios que, creía, podían devolverle algo del porte y del esplendor perdidos. Tenía especial fe en un ungüento desopilativo del hígado que era, en realidad, una purga compuesta por agárico y cocimiento de malvas y malvaviscos, mercuriales y acelgas. Conserva de escorzonera, agua de olor, ámbar gris, agua de amapolas, aceite de almendras, agárico, mirra escogida, aceite de alegría, agua...
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Fernando Alvarez de Toledo y Pimentel, el Gran Duque de Alba, fallecía en 1582, cuando apenas era acabada la alegría del nietecico, cuando lo mezcló con la dolencia del agüelo porque estas son las prisiones y tributos de esta vida mortal .... De esta guisa se expresaba Fray Luis de Granada en una carta de consuelo que enviaba a María Enriquez, la viuda, llena de lisonjas hacia el finado. En primer lugar, refería el clérigo, debía dar gracias a Dios por haber sido la señora más bien casada de cuantas ha habido en nuestros tiempos.... Otro motivo de gratitud ...habérselo Dios conservado cincuenta y tantos años ... porque si reparara en todas las señoras casadas de España, viere cuán limitada fue la vida de sus maridos; hallará muchas viudeces muy tempranas y muy pocas casadas que tan largo espacio lo fueren como usted. Era el Duque un personaje católico hasta rayar la obsesión. Confes...
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La enemistad entre D. José del Campillo - quasi ministro universal de Felipe V - y el Príncipe de Campoflorido, poderoso militar de origen siciliano, era patente y manifiesta hasta tal punto que, en opinión de Jorge Astraudi (Ordenador de la Intendencia de La Coruña), pudo ser la causa de la prematura e inesperada muerte de Campillo. Campoflorido era el embajador de España en París y su salario mensual debía ser librado por el Ministro de Hacienda, a la sazón José Campillo, quien optaba por sentarse encima de la caja de los dineros y no soltar ni una blanca, alegando que los costes de la guerra se habían disparado de tal manera que no había dinero para nada más. A principios de 1743 el embajador solicitaba que le fueran abonadas las 18 mensualidades que se le adeudaban, así como la cantidad a que ascendía el encargo de la Reina a unos artífices de Paris de unas joyas de diamantes. Campillo dio la callada por respuesta y Campof...
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A punto de cumplirse un año de la publicación de mi primer artículo en este blog, el más sincero agradecimiento a mis lectores y, sin embargo, amigos. A estas alturas de la vida, estoy segura de que forma parte de la condición humana la práctica del enchufismo que, además, se pierde en la noche de los tiempos. Todos tratamos de favorecer a nuestros allegados en la medida que nuestra posición social o laboral lo permite. Sin embargo, opino que, en determinados casos, deberían acotarse las circunstancias que posibilitan el "enchufe" para evitar males mayores. Un tal D. Francisco Álvarez, miembro del Tribunal de la Real Chancillería de Valladolid, firma una carta fechada el 18 de mayo de 1659 y dirigida a D. Francisco de Zárate y Terán, a la sazón Presidente del referido Tribunal, además de Obispo de Segovia. De qué forma funcionaba la administración de justicia, nos dan idea algunos párrafos de esa carta que me parecen más que significativos. Refir...
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El 13 de septiembre de 1695, el Obispo de Solsona redactaba un manifiesto a favor de la ciudad de Zaragoza y en contra de la decisión tomada por su Arzobispo. Desde tiempo inmemorial contaba la ciudad con el privilegio de poner precio a la carne que se despachaba en carnicerías y abastos. El procedimiento era el siguiente: las autoridades locales compraban el ganado al por mayor al precio más barato posible y luego lo revendían al detalle a los expendedores a un precio mas alto, de tal forma que las ganancias obtenidas se destinaban a la administración de este servicio y a compensar las posibles pérdidas que se producían en los meses de invierno cuando las reses enflaquecen. Y como es constante en buena Teología que todas las cosas vendibles tienen tres precios: uno ínfimo, otro mediano y otro supremo..... , Zaragoza tenía plenos poderes para señalar el precio supremo a la carne, mayormente cua...