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 Fray Alonso de Ajofrín, profeso en el convento de Santa Catalina (orden de San Jerónimo) de Talavera de la Reina, se dedicaba al traslado (copia)  y conservación de la librería antigua que tuvo principio en el señor D. Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo, fundador del convento. Del 26 de febrero de 1642  data una carta que el fraile dirigía a Juan Enríquez de Zúñiga, consultor del Santo Oficio y alcalde mayor de León: Tengo las Crónicas de todos los reyes de Castilla y León desde el rey D. Alonso el Sabio, que es donde acaba la General de España. La del rey D. Enrique IV no se imprimió, estoy(la)  trasladando gracias a la gentileza de un amigo que me  prestó la suya (de más de 140 años de antigüedad)  para este efecto.  Pero a tal  ejemplar  le faltaba un capítulo y fray Alonso no quería que su Crónica quedase manca. Por eso, sabedor de que   Enríquez de Zúñiga, viejo conocido, tenía en su poder  una obra completa,  ...
 Murió el Papa Inocencio XI en  agosto de 1689,   de habérsele congelado piedras en los riñones. Y después de muerto le sacaron dos que la menor era como el puño de un hombre robusto, creyendo todos que Dios le había mantenido la vida maravillosamente por la necesidad que tuvo en aquél tiempo la Iglesia de tan gran prelado.... Este Pontífice estableció en Roma, y fue él mismo, un modelo de humildad y vida austera desconocido hasta entonces. Favoreció la costumbre de hacer oración concediendo  indulgencias de mayor o menor entidad (  50 días, 100 días, 200 días., siete años, cinco años,.....) a los católicos que  rezaran el rosario o la tercera parte de él, o el oficio,.... o dijeren los siete salmos penitenciales,.......o visiten los encarcelados, o los enfermos de algún hospital, o  socorran a los pobres, o   enseñen en casa la doctrina cristiana a hijos, parientes o criados,  ...., o quien en día de viernes pensare devotamente en la pasión...
 Sebastián de Orozco (1510-1579 ) es el autor de una crónica relativa a la prisión del controvertido príncipe Don Carlos , hijo primogénito  y heredero (hasta su fallecimiento en 1568 ) de Felipe II. Estando en Madrid  el rey por su persona aprehendió al príncipe,....su único hijo y universal sucesor.  A compañaban  a Felipe II  el conde de Feria (capitán de la guardia del príncipe), Ruy Gómez de Silva y Luis Quijada (caballerizo mayor del príncipe).  Y le dejó preso en su mismo aposento, en palacio. Se le retiraron todas las armas, hasta un cuchillo de cortar.... A los pocos días fue trasladado a una torre de palacio ....que es aquélla donde estuvo preso el rey Francisco de Francia en tiempo del  emperador Carlos I. Y las rejas de hierro que estaban en los ventanales hacia fuera, fueron metidas hacia dentro. Quedó el príncipe preso en la torre, custodiado por seis caballeros.  Despidiose la casa del príncipe y solamente quedaron a su servi...
 Fue más bien breve el periodo de tiempo en el que el conde de Oñate, Íñigo Vélez de Guevara ,  desempeñó el cargo de embajador de Felipe IV en Roma. Sin embargo, a éste hombre, curtido en asuntos diplomáticos en otros lugares, con desigual ventura -todo hay que decirlo-, le bastaron apenas dos años para conocer bien los entresijos de las altas instancias de aquella corte. En 1648 abandonaba la embajada para asumir el virreinato de Nápoles. Y redactaba un memorial con  interesantes  recomendaciones para sus sucesores.  Se componía la corte de Roma de individuos de diferentes nacionalidades: españoles, italianos, alemanes, borgoñones, franceses... Los caballeros franceses vienen a esta corte.....a satisfacer su curiosidad...., aprender diferentes artes de nobleza. Se apartan  de las demás naciones, de ordinario tratan solo con sus compatriotas ....Estiman más nuestra nación que la italiana. Los italianos naturales de Roma, con la mala educación han perdido....
  Siete son los planetas. El primero se llama Saturno. El que fuere de l a calidad de  Saturno es hombre ligero, maduro, flaco, que huye del trabajo, deseoso de hablar poco y que se agrada de sí mismo. Los que son de la naturaleza de Júpiter son hombres alegres, benignos, sosegados y pulidos en el hablar y decir cortesanos... Los de la calidad de Marte son terribles, crueles, insoportables,  demuestran ser grandes en lo que pueden y juntamente con eso son mentirosos. Los que son de la naturaleza de Venus son libidinosos, graciosos y de buena manera y disposición. Los que son de la calidad del Sol son de honesta vida,  de buen tratamiento, libertos,  dichosos y de buena ventura, soberbios y altivos. Los de la naturaleza de Mercurio son cálidos, astutos en malas cosas, doctos y hábiles en ciencias, ligeros en pensar y hacer las cosas. Los que son de la naturaleza de la Luna hace(los)  agudos y resplandecientes y que se muestran en negocios; pero son instables...
 Tan seguro estaba de su método de curación el Dr Vicente Pérez que se ofreció para sanar a la reina Bárbara de Braganza . Eran los primeros días de agosto de  1758 , la monarca estaba enferma de gravedad y  los médicos de cámara de SSMM, agotadas las terapias  disponibles sin respuesta satisfactoria, esperaban el fatal desenlace de un momento a otro. Llegó entonces a oídos de Fernando VI la propuesta del doctor Pérez de curar a la enferma con el método del agua. El rey fió la decisión a sus médicos de cámara que, reunidos con el interesado en  junta extraordinaria el día 4 de agosto, desde las once hasta las doce y media de la noche, determinaron rechazar la terapéutica alternativa de Pérez. No obstante éste redactó un memorial que dirigió al rey por si llegara a ser  de utilidad. Al parecer el cuadro clínico de la reina consistía en tumores esquirrosos procedidos de la supresión menstrual..., padecía calentura y ésta había entrado en horripilaciones...
 Ana Martínez era natural de Fuentelaencina (Guadalajara), allí permaneció hasta la edad de 24 años en que se trasladó a Madrid para servir en casa de D. José Guardia, guardajoyas del rey Carlos IV.   Luego se casó y entró con su marido al servicio del marqués de la Torrecilla. En el cuarto que tenían asignado en casa del marqués nacieron sus seis hijos, tres de los cuáles fallecieron en la infancia. Los otros tres tomaron hábitos religiosos e ingresaron en sendos conventos. La más joven, sor María Rosa Clara de Jesús Crucificado ,   a los nueve meses de profesar tuvo que abandonar la clausura a causa de una extraña  enfermedad. Así las cosas dejó atrás el convento de las capuchinas de Pinto y  regresó al domicilio materno en la carrera de San Francisco. Una historia familiar como otra cualquiera a no ser por algunos detalles dignos de mención. Al parecer padecía la joven intensos dolores de cabeza, accidentes, congojas, ardor, secura y dolores de en...